Lo que crees que afecta allá, afecta aquí.
Celos, resentimiento y el poder del espejo
¿Alguna vez has notado que ciertas personas te generan un conflicto interno al verlas en acción? Tal vez has pensado: “Me cae mal esta persona y no sé por qué”, o incluso has sentido pena ajena. ¿No te parece curioso que un pensamiento tan negativo surja de tu boca sin una razón aparente?
Sin ánimo de molestar, mi intención es expandir la conciencia y ayudarnos a reconocer la “agua en la que nadamos” sin siquiera darnos cuenta. No es casualidad que un “ser espejo” aparezca en tu vida; de hecho, es una oportunidad para que te observes a ti mismo.
Si alguien te cae mal sin un motivo claro o incluso si ya lo conoces y te sigue generando rechazo, detente un momento. La vida te está ofreciendo un regalo: la oportunidad de descubrirte. Hay un dicho que dice: “Cuando Juan habla de Pedro, habla más de Juan que de Pedro”. Esto aplica perfectamente aquí. Cuando dices: “No soporto a X o Y persona”, en realidad estás hablando de ti y de tu propio contexto.
Si tuvieras que ponerle un nombre a esa emoción, ¿cuál sería? ¿Celos? ¿Envidia? ¿Enojo? ¿Resentimiento? Lo importante es notar que todo esto te pertenece y que no estamos separados de ello. Muchas personas prefieren evadir esta realidad porque no es cómoda de afrontar, pero la buena noticia es que los contextos se pueden transformar.
¿Cómo hacerlo?
1. Siendo consciente de lo que sientes y aceptando que hay algo que puedes aprender de ello.
2. Eligiendo un nuevo contexto desde el cual operar, en lugar de quedarte en la incomodidad del juicio.
3. Cambiando tus pensamientos de manera intencional, buscando interpretaciones más positivas.
4. Practicando este nuevo enfoque hasta que se vuelva parte de ti.
La próxima vez que alguien te caiga mal sin razón aparente, en lugar de reaccionar automáticamente, hazte responsable de tu emoción y obsérvala con curiosidad. Quizá esa persona tiene cualidades que en el fondo admiras, pero aún no lo has reconocido.
Un ejercicio poderoso es hacer una lista de las cosas positivas que ves en esa persona. Porque lo que crees que haces “allá afuera” en realidad te lo haces a ti mismo. Inevitablemente, por la ley de correspondencia, lo que rechazas en otros también existe en ti.
La vida te está regalando la oportunidad de mirar y crear desde una nueva perspectiva. ¿Te atreves a aceptarla?
Comentarios
Publicar un comentario